¿Qué es el arrendamiento de temporada?

arrendamiento de temporada

Uno de los contratos de alquiler más populares en España es el de arrendamiento de temporada. Y es que, cada vez son más los propietarios que quieren alquilar su vivienda durante un periodo de tiempo determinado, así como son muchos los inquilinos que buscan este tipo de arrendamientos ya sea por trabajo, por estudios o por otros motivos. 

Puede que en alguna ocasión te hayas preguntado cómo funcionan estos contratos de alquiler porque te has visto en la necesidad de acudir a uno de ellos. Por eso, en este artículo queremos dar respuesta a todas las dudas que pueden surgir, y comentaremos en qué consisten estos arrendamientos de temporada y sus principales características

Cómo funciona el arrendamiento de temporada

La legislación vigente, en este caso la Ley de Arrendamientos Urbanos, distingue entre diferentes tipos de alquiler de vivienda y también los alquileres para un uso distinto al de la vivienda. Cada uno cuenta con normativas distintas que conviene conocer y que explicamos a continuación.  

Arrendamiento de vivienda

El propósito del alquiler de inmuebles es satisfacer la necesidad de un inquilino de contar con una vivienda permanente donde vivir. Es por ello, que la normativa que regula este tipo de alquiler es más protectora con el arrendatario y son los contratos que más se dan dentro del mercado del alquiler. 

Arrendamiento para uso diferente de la vivienda

Se trata de alquileres de fincas urbanas que no están destinadas a ser vivienda como puede ser un local de negocio o una oficina, pero también lo son los arrendamientos de temporada. La principal diferencia es que en estos contratos, tanto inquilino como propietario pueden pactar las condiciones que crean oportunas de una forma totalmente libre. 

¿En qué consiste un alquiler de temporada?

Por lo que acabamos de comentar, podemos definir el alquiler de temporada como el arrendamiento de una vivienda que no cubre la necesidad de una vivienda permanente por parte del inquilino. Es un alquiler cuyo propósito es cubrir la necesidad de una vivienda específica, como por ejemplo un trabajo en otra ciudad que tenga fecha de finalización, unos meses de estudios o unas vacaciones. 

Por ejemplo, podemos firmar un contrato de alquiler de un piso por dos semanas o por dos meses, aunque la LAU permite que haya una prórroga al finalizar ese tiempo si las dos partes están de acuerdo en hacerlo. Podemos decir que en los arrendamientos de temporada lo importante no es el tiempo que vayan a durar, sino el motivo por el que se lleva a cabo ese alquiler y también que las dos partes estén de acuerdo en las condiciones del contrato. 

Es fundamental que en el contrato se indique claramente la voluntad del arrendador y el arrendatario de alquilar la vivienda por una temporada, explicando los motivos que permitan justificar el régimen del contrato. Algunos ejemplos:  

  • Alojamiento temporal por vacaciones, puede ser en cualquier momento del año.
  • Alojamiento temporal por obras en la vivienda habitual del inquilino.
  • Alojamiento temporal por motivos de trabajo durante un periodo de tiempo determinado.
  • Alojamiento temporal por estudios.

Como se puede ver en estos casos, siempre encontramos una causa real para que haya un contrato de alquiler diferente al de vivienda habitual, además de que el inquilino no necesita la protección que tiene en un inmueble con el que cubrir todas las necesidades de vivienda habitual.  

Cuando ya está clara la causa por la que se redacta un contrato de arrendamiento de temporada, ambas partes pueden negociar los diferentes términos y condiciones que aparecen en el contrato. Es importante saber que no hay una normativa legal de mínimos que proteja al inquilino en estos contratos, y es complicado que una cláusula se pueda considerar nula aunque pueda parecer abusiva. 

Dudas sobre el arrendamiento de temporada

Hay una serie de cuestiones más habituales que suelen darse en este tipo de alquileres, sobre todo en el caso de los propietarios que deciden alquilar su vivienda por temporadas. A continuación, las preguntas más comunes. 

¿Cuánto tiene que durar el contrato?

La duración del contrato se negocia entre las dos partes. La legislación no exige un mínimo o un máximo de duración, por lo que puede ser un alquiler de una semana hasta varios meses. Lo que sí es fundamental, y que debe reflejarse en el contrato, es la causa que justifica este tipo de arrendamiento que, como hemos comentado, puede ser por tema laboral, por tema formativo o por vacaciones. 

¿Existen prórrogas en este tipo de contratos?

En un principio no hay prórrogas, a excepción de que las partes hayan acordado de forma expresa la posibilidad de prorrogar el contrato en determinados términos y condiciones. 

¿Cuándo se puede ir el inquilino?

 El inquilino tiene la obligación de cumplir la duración que aparece en el contrato que se firmó. Pero, las dos partes pueden acordar que el inquilino se pueda ir teniendo en cuenta los supuestos que se hayan indicado en el contrato.  

¿Puede el propietario recuperar su vivienda durante el alquiler por temporada?

Al igual que el inquilino, el propietario también debe cumplir el contrato cuando se haya firmado. Únicamente en el caso de que el inquilino no cumpla con lo establecido, el contrato podrá resolverse a favor del propietario. 

¿Hay fianza en estos contratos?

El arrendatario deberá abonar dos mensualidades de fianza, tal y como indica el Artículo 36 de la LAU: 

“A la celebración del contrato será obligatoria la exigencia y prestación de fianza en metálico en cantidad equivalente a una mensualidad de renta en el arrendamiento de viviendas y de dos en el arrendamiento para uso distinto del de vivienda.”

¿Puede haber otras garantías adicionales?

En el caso de que el propietario solicite, además de la fianza, garantías adicionales y el inquilino las acepte y esté de acuerdo, éstas se pueden incluir en el contrato.

Ahora que ya conocemos qué es el arrendamiento de temporada, cómo funciona y hemos resuelto las dudas principales, llegamos a la conclusión de que es importante redactar un buen contrato donde quede todo bien indicado, al igual que tener controlada toda la documentación referente al alquiler de tu vivienda. Para conseguirlo, un software de gestión de alquiler puede ayudarte. 

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